jueves, 24 de mayo de 2012

David, Goliat y el Consejo Regional Autónomo


La trama de esta historia es tan original y novedosa como la corrupción en Latinoamérica. Y, sin embargo, amerita ser contada.

El 20 de mayo del 2011, una empleada del Consejo Regional Autónomo de la R.A.A.N., después de 13 años de servicio en dicha institución, entrega formalmente su renuncia. El 31 del mismo mes cumple su último día de trabajo. De acuerdo a la ley nicaragüense, el 15 de junio la empleada en cuestión debía recibir el total de su liquidación.

A casi un año de esta fecha, Patricia sigue esperando.

¿La razón esgrimida por el CRA para su negativa a cumplir con la ley? La falta de fondos. Irrisorio como esto pueda parecer (existen claras pruebas de todo lo contrario), tras la demanda interpuesta por su ex empleada, el CRA finalmente accede a pagar.

Perdón, permítanme ser más directo y específico: el presidente del CRA accede a pagar.

Eso sí, el pago se haría en cuotas, y la cantidad correspondería solo a la liquidación y no a la suma de ésta y la multa que la ley impone a todo empleador que no cumple con el plazo establecido para la cancelación de dicha obligación. La supuesta primera cuota ni siquiera alcanzaría a cubrir los costos del abogado, por lo que Patricia se niega y sigue adelante con su demanda.

Como en todas las historias que involucran liquidaciones incumplidas, ésta sigue el mismo modelo de David y Goliat. Por un lado, tenemos una versión femenina de David, enfrentándose a un gigante político con la endeble ayuda de un “abogado-honda” cuyos tiros, desafortunadamente (y a pesar de que en el pasado, en una demanda idéntica a título personal, lograron derribar al mismo Goliat) han errado por metros la frente del gigante de Bilwi.


Goliat, por su parte, no deja pasar ocasión para hacer alarde de su poder. Y es que la batalla para éste no es más que un mero trámite, un combate indigno y muy poca cosa para alguien de su talla y estirpe tan ligada al servicio público. Goliat es amigo de jueces y abogados, caudillos y mandamases, y conoce al dedillo las mañas y el tejemaneje del poder en la Región Autónoma del Atlántico Norte. Sabe que por más rocas que surquen los aires en dirección a su cabeza, con un par de llamadas telefónicas y la ayuda de unos cuantos emisarios (“… mirá, andá y decíle a la jueza que me resuelva este asunto de una vez por todas…”) éstas pueden ser fácilmente esquivadas. Por lo que ahí está, firme, inamovible en su capricho de no pagar una deuda, aunque no tenga la más mínima excusa para no hacerlo.

¿Cómo terminará esta historia? ¿Recibirá algún día Patricia el justo pago de su liquidación? ¿Se saldrá con la suya el Consejo Regional Autónomo, institución cuya misión, paradójicamente, es velar por el cumplimiento de la ley en la R.A.A.N.? ¿Continuará su paladín dándole a la legislación nicaragüense el uso que el resto de los mortales le damos al papel higiénico? Solo el tiempo lo dirá.


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1 comentario:

Anónimo dijo...

Felicitaciones a quien con tanta claridad ha plasmado tan bien, una parte de lo que nos toca vivir a los habitantes de esta region.
Quiero referirme al hecho, por historia propia, que ese comportamiento evasivo de lo legal caracteriza a los caudillos de esta region, que sobra son conocidos. Quienes en nombre de los pueblos indigenas y afrodescendientes hoy amazan fortunas mal habidas y encima de todo, se mofan de la pobreza, la necesidad y los derechos de una mujer indigena Miskitu.
Amigos lectores, estas deplorables escenas se repiten en el dia - dia de estos "multietnicos" hijos de la Costa Caribe. Que da para inspirar a Mario Puzzo, si volviera a nacer y que escriba otra version de El o La Madrina (como ahora tambien se aplican las politicas de accion afirmativa y de genero, aun que sea a conveniencia). Estamos en la indefension! Y AHORA QUIEN PODRA DEFENDERNOS!